martes, 7 de julio de 2015

LABORATORIO DE LA PALABRA: LA WISTERIA GIGANTE



Así se anunció nuestra WISTERIA:

Buenas noches a todos
Mañana martes, 30 de junio, a las 21.00, nuestros alumnos del laboratorio de la palabra nos muestran el resultado de su trabajo sobre el texto "LA WISTERIA GIGANTE" de la autora norteamericana CHARLOTTE PERKINS GILMAN.
¿Es una lectura dramatizada? ¿Es un cuento de terror? ¿Es un scherzo, una broma? Ven a verlo y nos lo cuentas. Habrá algo de acción, palabras, luz y no luz, algo de comer........ ¡Y hasta ahí puedo leer!





El Martes 30 de junio de 2015 ‘representamos’ una lectura dramatizada del cuento de Charlotte Perkins Gilman  ‘The Giant Wisteria’ (1891). Después de varios meses de trabajo sobre la voz y la palabra, descubriendo y/o interiorizando algunas de las pautas de trabajo sobre un texto, por fin llegamos a puerto e hicimos el ejercicio de presentarlo ante aquellos que quisieron vernos.
El cuento nos gustó por las posibilidades que ofrecía, y aunque el resultado final presentado el martes no fue del todo satisfactorio, sí que nos hizo ilusión poder llevar a cabo una lectura algo más que dramatizada de un texto tan bello y fantasmal. Y ahora que hemos terminado (de momento), es hora de hacer balance (¡que palabra!), o mejor destacar algunas cosas de lo que hemos hecho.

Por un lado, y no es más que una opinión personal, resaltar algunos de los elementos técnicos que hemos analizado a lo largo del curso. En particular, se podría valorar por lo útil que pueden resultar las técnicas de Laban aplicadas a la voz y a la palabra. Su lógica y facilidad de aplicación nos ayudaron a fragmentar los textos y a dotarles de entonaciones, ritmos e intensidades de voz distintos que hicieron más ricos los parlamentos o las frases que nos tocaban ensayar. Y en segundo lugar, pero no por eso menos importante, la búsqueda del portador de sentido en una frase, fragmento o texto. Buscar la palabra clave, aquella que ha de ser destacada, aquella que da sentido al resto del texto, que lo resume y que lo hace especial fue algo que hicimos en el Laboratorio de la Palabra pero que también practicamos en los diferentes Semilleros de este año, en el Taller con Monica Mafia o en el Encuentro Santander-Bilbao del mes de mayo. Todo ello nos ayudó a focalizar nuestra tarea sobre el texto que fuimos eligiendo y nos ayudó a decidir que era suficiente con realizar una lectura dramatizada para mostrar lo que habíamos aprendido. Además nos iniciamos también en la búsqueda del gesto psicológico que pudiera fluir desde el texto. Dejar fluir el cuerpo al son de la palabra para que adopte aquella actitud o gesto adecuado al sentido del texto, del portador de sentido, resultó difícil a veces, gratificante otras, hilarante otras más. Porque nos reímos durante mucho tiempo en el Laboratorio, sí nos reímos y lo disfrutamos.

Por otro lado, está el balance que podemos hacer de lo que ocurrió el martes, de la representación y de la preparación de este acto. Somos conscientes que no fue perfecta, ni muchísimo menos, pero también sabemos todos como hemos ido construyendo esta ‘lectura dramatizada’. Y es que ha resultado difícil. No somos profesionales de esto, simples aficionados al teatro (¡bendita afición!) y eso supone problemillas por aquí y por allá derivados del simple hecho de no disponer de tiempo suficiente. Eso sin contar con la falta de experiencia o de formación de cada uno (mayor o menor según los casos). Así que nos sentimos contentos, felices (quizás fuera la opinión más compartida entre nosotros) de poder compartir nuestro trabajo con nuestros amigos y someterlo a su juicio (¡ellos son siempre muy benevolentes!), y al juicio de Cristina y Miguel (nuestros anfitriones y formadores) con el único fin de que esa felicidad que culminó nuestro trabajo fuera el acicate necesario para seguir mejorando y trabajando en el futuro. Y a ello nos comprometemos. ¡Convocamos  a los fantasmas y por esta vez nos hemos librado (jajaja)! Pero la historia de Charlotte Perkins lo merecía. ¿Hicimos lo necesario para que ella nos perdone haber osado representar lo que ella escribió? No lo sabemos. Pero, si por casualidad nos escucha, pedimos perdón por los errores, esperamos que se sienta orgullosa de que eligiéramos su texto y prometemos volver a intentarlo haciéndolo mejor.

¡Gracias Charlotte! ¡Y que la fiesta continúe! ¡Y que los hados nos sean benévolos porque nuestra empresa todavía no ha terminado!

¡Gracias a todos por aplaudir! ¡Gracias a Cristina por su esfuerzo y paciencia! ¡Y a más ver! ¡Viva el teatro!


No hay comentarios:

Publicar un comentario