Así se anunció nuestra WISTERIA:
Buenas noches a todosMañana martes, 30 de junio, a las 21.00, nuestros alumnos del laboratorio de la palabra nos muestran el resultado de su trabajo sobre el texto "LA WISTERIA GIGANTE" de la autora norteamericana CHARLOTTE PERKINS GILMAN.¿Es una lectura dramatizada? ¿Es un cuento de terror? ¿Es un scherzo, una broma? Ven a verlo y nos lo cuentas. Habrá algo de acción, palabras, luz y no luz, algo de comer........ ¡Y hasta ahí puedo leer!
El Martes 30 de junio de 2015 ‘representamos’ una lectura
dramatizada del cuento de Charlotte Perkins Gilman ‘The Giant Wisteria’ (1891). Después de
varios meses de trabajo sobre la voz y la palabra, descubriendo y/o
interiorizando algunas de las pautas de trabajo sobre un texto, por fin
llegamos a puerto e hicimos el ejercicio de presentarlo ante aquellos que
quisieron vernos.
El cuento nos gustó por las posibilidades que ofrecía, y
aunque el resultado final presentado el martes no fue del todo satisfactorio,
sí que nos hizo ilusión poder llevar a cabo una lectura algo más que
dramatizada de un texto tan bello y fantasmal. Y ahora que hemos terminado (de
momento), es hora de hacer balance (¡que palabra!), o mejor destacar algunas
cosas de lo que hemos hecho.
Por un lado, y no es más que una opinión personal, resaltar
algunos de los elementos técnicos que hemos analizado a lo largo del curso. En
particular, se podría valorar por lo útil que pueden resultar las técnicas de
Laban aplicadas a la voz y a la palabra. Su lógica y facilidad de aplicación
nos ayudaron a fragmentar los textos y a dotarles de entonaciones, ritmos e
intensidades de voz distintos que hicieron más ricos los parlamentos o las
frases que nos tocaban ensayar. Y en segundo lugar, pero no por eso menos importante,
la búsqueda del portador de sentido en una frase, fragmento o texto. Buscar la
palabra clave, aquella que ha de ser destacada, aquella que da sentido al resto
del texto, que lo resume y que lo hace especial fue algo que hicimos en el
Laboratorio de la Palabra pero que también practicamos en los diferentes
Semilleros de este año, en el Taller con Monica Mafia o en el Encuentro
Santander-Bilbao del mes de mayo. Todo ello nos ayudó a focalizar nuestra tarea
sobre el texto que fuimos eligiendo y nos ayudó a decidir que era suficiente
con realizar una lectura dramatizada para mostrar lo que habíamos aprendido.
Además nos iniciamos también en la búsqueda del gesto psicológico que pudiera
fluir desde el texto. Dejar fluir el cuerpo al son de la palabra para que
adopte aquella actitud o gesto adecuado al sentido del texto, del portador de
sentido, resultó difícil a veces, gratificante otras, hilarante otras más.
Porque nos reímos durante mucho tiempo en el Laboratorio, sí nos reímos y lo
disfrutamos.
Por otro lado, está el balance que podemos hacer de lo que
ocurrió el martes, de la representación y de la preparación de este acto. Somos
conscientes que no fue perfecta, ni muchísimo menos, pero también sabemos todos
como hemos ido construyendo esta ‘lectura dramatizada’. Y es que ha resultado
difícil. No somos profesionales de esto, simples aficionados al teatro
(¡bendita afición!) y eso supone problemillas por aquí y por allá derivados del
simple hecho de no disponer de tiempo suficiente. Eso sin contar con la falta
de experiencia o de formación de cada uno (mayor o menor según los casos). Así
que nos sentimos contentos, felices (quizás fuera la opinión más compartida
entre nosotros) de poder compartir nuestro trabajo con nuestros amigos y
someterlo a su juicio (¡ellos son siempre muy benevolentes!), y al juicio de
Cristina y Miguel (nuestros anfitriones y formadores) con el único fin de que
esa felicidad que culminó nuestro trabajo fuera el acicate necesario para
seguir mejorando y trabajando en el futuro. Y a ello nos comprometemos. ¡Convocamos a los fantasmas y por esta vez nos hemos
librado (jajaja)! Pero la historia de Charlotte Perkins lo merecía. ¿Hicimos lo
necesario para que ella nos perdone haber osado representar lo que ella
escribió? No lo sabemos. Pero, si por casualidad nos escucha, pedimos perdón por
los errores, esperamos que se sienta orgullosa de que eligiéramos su texto y
prometemos volver a intentarlo haciéndolo mejor.
¡Gracias Charlotte! ¡Y que la fiesta continúe! ¡Y que los
hados nos sean benévolos porque nuestra empresa todavía no ha terminado!
¡Gracias a todos por aplaudir! ¡Gracias a Cristina por su
esfuerzo y paciencia! ¡Y a más ver! ¡Viva el teatro!